miércoles, 3 de diciembre de 2008

Copenhague y Malmö - Día 3, Copenhague-Malmö-Gotembugo-Skövde

Es tarde y no me apetece escribir mucho, pero mañana nos vamos a Oslo, y tampoco quiero que se nos acumulen las cosas para contar, que luego da más pereza y al final no escribimos. Así que allá va.

El tren de vuelta lo teníamos cogido desde Malmö, así que madrugamos y nos fuimos para allí, para ver la ciudad y aprovechar el día. Pero toda la suerte que habíamos tenido con el tiempo en Dinamarca la dejamos de tener el sábado. Nos levantamos lloviendo, y sin pinta de que aquello fuese a parar en Malmö. Malmö es la capital de la provincia de Escania, y la tercera ciudad más grande de Suecia. Lo cual tampoco quiere decir mucho, es a penas un poco mayor que Elche.

De Malmö sólo sabíamos que tenía la Turning Torso, una torre diseñada por Santiago Calatrava, y que va girando como si estubiese enroscada. Así que salimos de la estación y fuímos siguiéndola, para acercarnos e intentar hacerle fotos. Pero hacía un día de perros, lloviendo y con frío. Y el camino que cogimos no era muy bonito que digamos. La torre está en una especie de polígono industrial, con vías de tren abandonadas. Así que andamos hasta que nos cansamos, hicimos las fotos que había que hacer, y nos volvimos al centro.

El centro ya es otra cosa. Las calles peatonales de tiendas son muy bonitas. Pero es algo que te cuesta apreciar cuando estás mojado y tienes frío. Así que no quedaba otra que refugiarse en tiendas y centros comerciales. Comimos en el ya famoso Max, una cadena de hamburgueserías sueca en la que las hamburguesas saben a carne. Y después, con ya menos lluvia, nos dimos una vuelta por un mercadillo navideño que empezaba ese mismo día. La verdad es que no era gran cosa. Cuatro puestos con cosas no demasiado llamativas. Pero Eva cargó con unos guantes de cuero (o eso cree ella). Y una vez se hace de noche pocas cosas más puedes hacer. Hicimos tiendo mirando en tiendas hasta las seis y algo que teníamos el tren. Lo mejor fue cuando a Eva y a Marisol les entró la vena "pretty woman" y se pusieron a maquillarse en el Åhléns. Había que verlas con las pestañas verdes y la cara llena de purpurina en el tren.

Llegamos a Gotemburgo a la hora de cenar (española), y con dos horas y media hasta coger el siguiente tren para casa y descansar. Así que volvimos a coger las maletas y echar a andar para ir a un café en el que deben dar comisión a Fran, pues siempre que va a Gotemburgo lleva a alguien a comer allí. Es el Café Tintín, y no está nada mal, ni de comida ni de precios.

Finalmente cogimos el último tren pasadas las 12, con algo de retraso. Allí el cansancio ya pudo con nosotros, y llegamos semi durmiendo a Skövde. Habíamos dicho que nos reengancharíamos a la fiesta una vez llegáramos, pero era tarde, estábamos cansados, y la fiesta era fuera de la residencia. Así que cada mochuelo se fue a su olivo. Con la mala suerte de que al final se arrepintieron y sí que montaron la fiesta en la residencia, hasta pasadas las seis de las mañana. Pero qué se le va a hacer, otras veces somos nosotros los que molestamos...


0 Comments: